Por: Alizon Rodríguez Navia
En esta oportunidad conversamos con la profesora Alizon Rodríguez, reciente miembro nombrada del comité pro mujer de CONCYTEC y cuenta lo siguiente:
El comité pro mujer del CONCYTEC surge en el año 2019, como iniciativa para visibilizar la preocupación de los entes nacionales vinculados a la ciencia y la tecnología, que analizan el motivo por el cual son pocas las mujeres en la ciencia, que es una pregunta que desde los años 80 se hace. En el Perú las mujeres representamos, entre todas las universidades, aproximadamente el 52%; sin embargo, la presencia de las mujeres en el campo de la ciencia y tecnología representa menos del 30%. Entonces, podemos preguntarnos frente a ese panorama, ¿por qué siendo las mujeres un porcentaje mayor en el mundo de la universidad, no siguen carreras vinculadas a la ciencia? y ¿por qué siguen profesiones en educación, psicología que son carreras más feminizadas?. Es así que, hay un conjunto de estereotipos que se impone a las mujeres cuando desempeñan carreras de la ciencia. Es por ello que, el CONCYTEC busca y se preocupa en mejorar estas condiciones.
La verdad que nunca lo pensé. Creo que tenía mapeado otro tipo de logros, tales como seguir investigando y enseñando. Yo creo que cuando a mí se me pregunta qué es lo que más me gusta, diría que tengo mucha pasión por la enseñanza. Algo que quisiera mantener es el cariño y reconocimiento de mis estudiantes. Por ejemplo, se me viene a la mente, las ganadoras del premio L’Oréal, quienes son investigadoras que conozco a fondo y ellas decían algo parecido, pues cuando recibieron el premio dijeron: “no esperábamos ganar, para nosotras, el mayor reconocimiento es el de nuestros estudiantes”. Y, claro, al final eso es lo que verdaderamente importa en el tiempo.
Bueno, yo trabajé muchos años antes en cooperación internacional. Fui consultora de varias organizaciones peruanas, pero trabajaba a medio tiempo en la ONG Aurora Vivar que se dedicaba al trabajo con obreros y obreras sindicalistas, y cuando ocurrió el shock de Alberto Fujimori, se creó un programa de formación técnica para ayudar a las trabajadoras que habían sido despedidas. En ese espacio se les enseñaba a las mujeres trabajadoras a reparar artefactos electrodomésticos y a incursionar en oficios técnicos de hombres. Ese fue el primer interés y me empecé a dar cuenta que, cuando las mujeres ofrecían sus servicios técnicos de reparación de artefactos eléctricos o electrónicos, de albañilería o de diseño de calzado, había mucha resistencia de parte del público femenino que dudaba de la calidad de su trabajo porque esperaban ser atendidas por hombres. Por ello, al asumir la coordinación y dirección del programa en cuestión decido investigar estos temas en Estudios Generales Ciencias. Elaboré un artículo llamado “Aquí hay que hacerse respetar”, el cual engloba todo el imaginario y las percepciones de las mujeres en torno a las ingenierías. Yo recuerdo mucho los testimonios de las mujeres, que decían que se tenían que masculinizar para poder ejercer y ser vistas como competitivas. Cabe mencionar que, cuando empiezo a investigar los temas de género, ciencia y tecnología, que fue en el año 2009, nadie más lo hacía, pero, en Europa, eran muy atractivos. A partir de eso, empiezo a establecer redes y a ser invitada en congresos feministas sobre estos temas y también me invitan a ser parte de la Red Iberoamericana de Género, Ciencia y Tecnología. Es así que me empiezo a involucrar en ese mundo de la filosofía, y me enfoco a estudiar sobre las epistemologías feministas, que trata sobre la filosofía de la ciencia desde el punto de vista femenino. Luego, en el año 2019, decidí constituir la Red Peruana de Ciencia y Tecnología en el Perú. Actualmente aún participo en colectivos que investigan estos temas.
Hoy en día, hay esta preocupación de por qué son tan pocas mujeres en la ciencia. Existe un olvido sistemático de las mujeres en la ciencia. Las hemos olvidado o nadie se ha preocupado por identificarlas. Además, la historia oficial de la ciencia y la tecnología las ha omitido y esto parte de la antigüedad. ¿Cómo se construye el saber y el conocimiento? Aristóteles fue uno de los primeros misóginos, pues mencionaba siempre que las mujeres no tenían razón y no eran dignas de tener razón, porque su biología no les permitía ser aptas para el conocimiento. Eran los hombres quienes tenían el poder sobre el conocimiento.
Yo les diría que la ciencia las necesita, y que el mundo científico necesita más mujeres. Y que el verdadero desafío de las mujeres en el campo de la ciencia tiene que ver con el aporte que nosotras como mujeres tenemos que hacer. Que estemos siempre alertas con los actos discriminatorios que existen y que no tratemos de ser iguales a los hombres en cuestiones académicas. Sino que, encontremos rutas que van de acuerdo a nuestras necesidades e intereses como mujeres, que por cierto siempre han sido subestimados. Yo me pregunto, ¿por qué un misil puede ser más valorado que el descubrimiento de un pañal desechable? o ¿por qué un nuevo tipo de bala puede ser más valorado que el descubrimiento de un lavaplatos eléctrico?. Estos son productos tecnológicos hechos por mujeres que no han sido valorados por la ciencia. Por último, necesitamos sororidad de parte de las propias mujeres para que las mujeres no compitan entre sí.
