11/05/2017 Noticias
La especialidad comenzó con el nombre de Bibliotecología y Ciencias de la Información desde finales de la década de los ochenta. Sin embargo, hace diez años, se vio la necesidad de actualizar los contenidos y ampliar el horizonte de trabajo, lo cual refleja que la especialidad siempre está en constante evolución. Fue, entonces, que el 2004 pasó a tener el nombre de Ciencias de la Información.
¿Qué diferencias había con la carrera anterior?
Cuando se llamaba Bibliotecología y Ciencias de la Información, se hacía énfasis en la primera parte; de esa manera, nuestros egresados trabajaban en bibliotecas organizando colecciones o materiales audiovisuales de colegios, universidades o centro de investigaciones, entre otros. No obstante, la llegada del mundo digital, la sobreabundancia de información y la explotación de las tecnologías de información han hecho que nuestro campo se expandiera. Nos hemos dado cuenta de que, como profesionales, podemos aportar mucho en la organización de contenidos en el mundo digital. En otras palabras, ya no estamos limitados al mundo de las bibliotecas sino que podemos trabajar en cualquier entorno en que sea necesario gestionar información.
Si ya no trabajan únicamente en bibliotecas, ¿cuál sería el campo laboral del estudiante de Ciencias de la Información?
El enfoque nuevo que le estamos dando en la especialidad es que los egresados sean capaces de gestionar información. Desde ese punto de vista, el campo laboral es muy amplia: cualquier organización necesita que alguien le gestiona su organización, y las bibliotecas no son las únicas que necesitan un profesional con estas capacidades. Por ejemplo, las empresas tienen un amplio número de documentos, informes, reportes técnicos, memorias corporativas, información de correos electrónicos, recopilaciones de datos que necesitan ser ordenados. Es valioso y útil tener la información estructura para saber, por ejemplo, los avances y planes de la organización que servirán para plantear ejes de acción.
Entonces, el mercado laboral es amplísimo.
Así es. Lamentablemente, ahora estamos un poco restringidos al mundo de las bibliotecas porque ahí nos empezaron a conocer. Pese a ello, queremos que nos empiecen a reconocer que también podemos trabajar en diversos ámbitos del mundo empresarial como inteligencia corporativa o gestión de conocimiento, donde necesitan que sistematicen sus documentos. Tenemos información a la que se tiene que aprovechar.
¿Qué cualidades debe tener un profesional en ciencias de la información?
Debe ser alguien ordenado, porque nuestro trabajo se basa en la organización de la información. Asimismo, para determinar cuál será la mejor forma de hacerlo, se requiere un alto grado de abstracción; con esto, podrá colocar la información en una estructura coherente. Otra cualidad importante es que sepan que todo lo aprendido no va a ser suficiente. En efecto, la formación y conocimiento adquiridos en la universidad son solo un punto de partida, pues todo lo demás se irá aprendiendo. Para ello, el profesional debe estar pendiente de lo último en tecnología y de las tendencias del mundo profesional para que las incorpore en su práctica profesional. En síntesis, debe ser una persona abierta y dispuesta a seguir aprendiendo siempre.
Además de ser profesional en Ciencias de la Información, usted también es ingeniera. ¿Cómo ha podido relacionar ambas profesiones?
Estudié Ingeniería Industrial en la PUCP y luego hice una especialización en Ingeniería de Sistemas en la Universidad de Lima. Durante varios años, estuve trabajando en el ámbito de redes, selección de equipos, software y en organización de información, pero desde un punto de vista técnico e informático. Después de un tiempo, por cuestiones de trabajo, me di cuenta de que estaba limitada, por lo que busqué otros estudios podía seguir. Finalmente, encontré una diplomatura en Ciencias de la Información en la PUCP, que me ayudó a complementar mi punto de vista sobre la información: uno más humanístico vinculado a la idea de la organización, de la descripción documental y de la preservación. En muchos lugares se enfatiza más la parte técnica, y en otras, lo contrario. Sin embargo, el estudio de la información es complejo, por lo que no podemos limitarnos a una sola perspectiva. Y ese es la visión de la especialidad: brindar una formación que complemente ambas perspectivas. En mi caso, al estar a cargo de los cursos de tecnología, base de datos, análisis de información, quiero destacar el componente más técnico sin perder de vista que la información requiere de otros conocimientos para poder ser manejada y explotada eficazmente.
¿Qué recomendaría a alumnos que estén indecisos en ir a la carrera?
En primer lugar, hay una oferta práctica: tenemos mucha demanda laboral en este campo. Todos los egresados prácticamente comienzan a trabajar desde los últimos dos o tres años que están en facultad. Por ese lado, más utilitaria, no debería haber ningún temor relacionado al tema laboral; sin embargo, eso es simplemente un punto referencial. Ahora bien, si alguien tiene, por ejemplo, interés o entusiasmo por conocer cómo es que la información puede ser aprovechada, la especialidad podría ser una opción bastante atractiva para ellos. La carrera, además, es muy flexible: puedes especializarte en tecnología, como soporte de sistemas de información de una empresa; puedes orientarte en la gestión de información, otro eje curricular de la especialidad, que ayuda a mejorar la toma de decisiones en el ámbito empresarial; o también están las humanidades clásicas vinculadas a la conservación del documento. Tenemos diferentes rutas de especialización en que uno elige el que mejor responda a sus intereses; en efecto, cada uno puede contribuir con su trabajo, siempre y cuando tenga esta preocupación por el caos de nuestro mundo con sobreabundancia en información. En ese sentido, la currícula es flexible, y eso se refleja en los ámbitos donde trabajan nuestros egresados.
¿Podría darnos algunos ejemplos de egresados que están trabajando en algunas empresas?
Por ejemplo, hay una egresada, actualmente profesora de Introducción a las Ciencias de la Información de la facultad, que trabaja en Telefónica del Perú en el área de inteligencia corporativa. En ella, se encarga de rastrear los últimos anuncios y tendencias del mundo corporativo. Poco a poco, va consolidando toda la información que recolecta, lo cual es valioso para los gerentes, ya que les da un panorama de lo que está sucediendo en el mundo corporativo; de esta manera, ello les da ventajas para armar sus planes estratégicos.
Después, en el área de manejo de fuentes de información, hay un perfil llamado broker de información, cuyo manejo de las fuentes de información son útiles para los investigadores. Por ejemplo, hace poco una egresada nuestra trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en Washington. Todo investigador en el BID necesita, para elaborar sus investigaciones de economía, datos confiables, estadísticas, informes de tendencia, etc., por lo que piden artículos que le permitan confirmar ciertos datos puntuales. En ese punto, el broker de información se encarga de capturar todo documento que sea valioso, las evalúa y proporciona los datos que los investigadores necesitan para sus informes.
Interesante entrevista. Es cierto, la Bibliotecología en sí, por ser una carrera multidisciplinar, posee muchas áreas de acción que podemos desarrollar. A mi me gustaría estudiar ingeniería de sistemas, bases de datos, recuperación de información, para ello tengo que conseguir empleo, capacitarme, estudiar y trabajar porque sin dinero no podemos capacitarnos, especializarnos. Saludos cordiales.
Karina
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