En la décima entrega de la serie #GestoresEnLaCancha, Araceli Luna Dominguez, licenciada en Gestión Social por la Facultad de Gestión y Alta Dirección; nos comenta sobre los retos de empezar y sostener un emprendimiento personal.

Araceli es cofundadora de Killa Vive Verde, emprendimiento que busca diseñar y elaborar moda sostenible, eco amigable, innovadora y reutilizable junto a artesanas de las comunidades Shipibo-Konibo y Yanesha. “Todo inició en los espacios de la universidad. Incluso, hice mi tesis sobre el caso de riesgos y oportunidades de Killa”, comenta la egresada.

La gestora resalta que este proyecto genera oportunidades de crecimiento en las comunidades nativas de la selva peruana al revisibilizar y revalorar  la estampación y los teñidos de estas culturas además de ganancias económicas, lo cual aprendió a relacionar en equilibrio gracias a su especialidad. “Siento que un gestor social tiene herramientas muy poderosas para poder transformar comunidades, hasta países. Tienen la capacidad de generar cambios que impacten positivamente al desarrollo de muchísimas personas y la mirada holística para unir la oportunidad con una organización que tenga el interés de formar soluciones.”, asegura Araceli.

La egresada afirma que la resiliencia y la gestión de riesgos fueron factores importantes para impulsar Killa, pues la pandemia del COVID empezó cuando el emprendimiento apenas comenzaba, creando espacios de crecimiento. “Ya habían empezado algunas inversiones para puntos de venta físicos. Cuando vino la pandemia, todo eso se cerró. Fue uno de los mayores retos pero también el detonador para que crezcamos porque si no, no hubiéramos empezado a fortalecer la página web, comprando un hosting que tenga la capacidad de recibir pagos online, y el Instagram”, agrega la gestora.

Araceli comenta que los cursos y los profesores de la FGAD fueron clave para su desempeño profesional, sobre todo por los conocimientos adquiridos en gestión de proyectos, lo que resultó indispensable para empezar Killa Vive Verde. Además, resalta los concursos de emprendimiento de la facultad porque motivaron su proactividad y le dieron espacio para desarrollar su trabajo en equipo con personas de otras carreras.

Finalmente, la egresada recomienda a los estudiantes probar oportunidades prácticas de aprendizaje fuera de la universidad y puestos innovadores en su entorno laboral para ganar experiencias. “Busquen oportunidades de seguir aprendiendo. Ya sea en un emprendimiento, una fundación o un centro bancario. También, empiecen a trabajar o a practicar en proyectos antes de acabar la universidad inclusive. Además de las clases y las prácticas, empiecen a involucrarse en el mundo laboral; por ejemplo, hacer voluntariados en empresas.”, aconseja Araceli.