Emely Castro y Cristofher Palomares, estudiantes de Gestión Empresarial, presentaron el proyecto “Sabores del Marañón: Diversificando el Futuro”, que resultó ganador en la primera edición del concurso ODS Challenge, cuya clausura se llevó a cabo el pasado 5 de noviembre.
“Sabores del Marañón: Diversificando el Futuro” es una propuesta que responde a la necesidad de un plan comercial para la expansión de la comunidad Puerto Industrial en Loreto. Ante la estacionalidad del aguaje y una producción limitada como uno de los principales problemas identificados, los estudiantes se propusieron fomentar la conservación de la biodiversidad y empoderamiento comunitario.
El concurso contó con dos etapas de selección. La primera consistió en evaluar qué serían escogidos para empezar con el trabajo de campo a partir de la revisión de sus propuestas; la segunda, la presentación del proyecto ante un jurado luego de una rigurosa preparación. “Estudiantes de diferentes carreras participaron del concurso, la competencia era grande, pero estamos orgullosos de los resultados que obtuvimos”, reconoce la dupla ganadora.
Los gestores trabajaron con organizaciones como Profonanpe y Aspromag en una propuesta que usó la imagen de “Papucho”, personaje que concientiza a los niños sobre la importancia del cuidado medioambiental. Aunque los estudiantes contaban con muchas ideas en la primera etapa de selección del concurso, visitar el lugar fue fundamental para definirlas.
“Condiciones como la ausencia de internet y luz en distintos puntos de la comunidad comprometieron nuestra propuesta inicial e hizo necesario realizar importantes ajustes. No es lo mismo pensar un proyecto desde Lima que en otros lugares del Perú, estamos ante realidades atravesadas por limitaciones”, explica Cristofher.
La accesibilidad al lugar es otro de los factores que los gestores tomaron en cuenta para el desarrollo del proyecto, pues solo al conocer las rutas para llegar a la comunidad, pudieron evaluar secciones como el presupuesto. “Solo se puede llegar a Puerto Industrial mediante transporte fluvial, por lo que viajamos en ponguero por 11 horas a 35 grados”, detalla Emely.
Para los alumnos, el concurso ODS Challenge resultó una gran oportunidad de poner en práctica diferentes conocimientos adquiridos durante su formación en pregrado, que fueron reforzados con las asesorías dictadas por docentes de la Facultad. “Desde diferentes áreas de la gestión como procesos hasta recursos humanos, pudimos recibir comentarios de diferentes especialistas sobre nuestra propuesta”, precisa Cristofher.
Por último, los estudiantes concuerdan en que este tipo de concursos interdisciplinarios contribuyen a desarrollar el perfil del gestor. “Ha sido un antes y un después, hemos representado no solo a la Facultad, sino a la universidad. Trabajar con organizaciones como Profonanpe, sobre todo, en un contexto retador, no solo enriquece nuestro perfil profesional, sino el personal”, termina Emely.