La séptima edición del Concurso de Ciencias de la Gestión coronó a un nuevo equipo: las estudiantes de Gestión Claudia Ortega, Sofía Camargo y Dina César junto a Antonio Cabrera, estudiante de Ingeniería Industrial, del equipo fue “Tibuteam” (nombre escogido en honor a la característica mascota de nuestra facultad), fueron elegidos como ganadores.
El tradicional concurso busca que los estudiantes apliquen sus habilidades y conocimientos en casos prácticos del mundo de la gestión, y para ello, la experiencia fue dividida en dos etapas. En la primera parte los equipos debían tomar decisiones a partir del uso de simuladores de negocios, luego de lo cual, solo los cinco mejores equipos avanzaban a la fase final.
“Era la primera vez que participábamos en un concurso como tal. Cuando nos enteramos de la convocatoria, decidimos arriesgarnos y fuimos con las ganas de poder intentar algo nuevo para nosotros y quedar aunque sea entre los tres primeros puestos. Por ello decidimos practicar días antes para la primera etapa”, afirma Sofía Camargo.
Con este espíritu, y tras superar la fase inicial del concurso, el equipo debía enfrentar un último desafío. Este consistía en desarrollar una propuesta que aborde los retos de la educación en zonas rurales del país. Para ello contaban con el tiempo exacto de una hora. Cada grupo expuso su propuesta frente a un destacado jurado, conformado por gestores de Talento de las empresas McKinsey, Pepsico y MiBanco. Posterior a la deliberación del mismo, Tibuteam fue elegido como el equipo ganador. Su propuesta se basó en la construcción de un Complejo de Innovación Académica Rural (CIAR) en la ciudad de Huancavelica.
“Fue importante que aterrizáramos el reto propuesto en un territorio y población en particular y que consideráramos en la propuesta a organizaciones aliadas. Al jurado también le agradó que los saludáramos con la mano y nos presentáramos. Nos felicitaron por la manera en cómo estructuramos la presentación, a partir del orden de nuestras diapositivas”, explica Sofía.
Para ella, el mayor reto del concurso fue el tiempo que se tenía para los diferentes desafíos. Sin embargo, destaca que es precisamente esto lo que muchas empresas buscan en la actualidad, “había que pensar de manera mucho más acelerada que en otros cursos de la carrera. En otras palabras, salir fuera de la caja. En un entorno tan cambiante y competitivo como el de hoy, esta habilidad es fundamental”, señala.
Su compañera, Claudia Ortega, afirma por su parte que poner en práctica los conocimientos de la carrera y aplicarlos a un caso real fue muy enriquecedor para su experiencia profesional. “Yo he practicado y sé que así son los trabajos: te dan poco tiempo y a veces recursos limitados. Con todo eso tienes que sacar adelante un proyecto. El concurso nos dio la oportunidad de vivir eso”, afirma. Por todo ello, ambas estudiantes animan a otros compañeros a participar en este tipo de eventos.