En un entorno cada vez más dinámico, donde las competencias blandas y la experiencia práctica son claves para el desarrollo profesional, la Facultad de Gestión y Alta Dirección (FGAD) de la PUCP ha consolidado un modelo de vinculación universidad–empresa que pone al estudiante en el centro de una experiencia formativa estratégica y colaborativa.
Este modelo, desarrollado por Vínculo con Organizaciones y la unidad de Educación Continua, bajo la coordinación del docente Renato Gandolfi, va más allá de las prácticas tradicionales y se convierte en un espacio de cocreación entre estudiantes y empresas a través de concursos, programas formativos acreditados, visitas empresariales y los Retos de Gestión.
“Buscamos acortar la brecha entre el aula y el mundo profesional”, señala Gandolfi. “Las empresas nos permiten contextualizar los contenidos académicos en situaciones reales, con desafíos dinámicos, promoviendo así un aprendizaje focalizado y vivencial. Además, los estudiantes desarrollan habilidades como trabajo en equipo, liderazgo, pensamiento crítico, negociación y comunicación efectiva”.
Una muestra del alcance del modelo son las 34 cartas de intención firmadas por empresas en los últimos meses. Estas cartas son documentos donde las organizaciones expresan su interés en colaborar con la FGAD en actividades como retos, visitas o programas formativos. Sirven para dejar constancia de su disposición a trabajar junto a la facultad y muestran el valor que encuentran en esta relación. Gracias a ellas, se visibiliza no solo el compromiso de las empresas, sino también el rol de la universidad como aliada en la formación, la innovación y la responsabilidad social.
Ejemplo de esta experiencia lo encontramos con la profesora Regina Soriano en el curso Gestión Estratégica, donde los alumnos analizan casos reales junto a organizaciones para proponer estrategias sostenibles. “Ha sido gratificante ver cómo las empresas agradecen las propuestas, diciendo que ‘no habían considerado esa oportunidad’ o ‘no se habían dado cuenta de ese espacio sin atender’”, cuenta Soriano sobre los impactos del curso.
AFP Profuturo es una de las empresas aliadas. “Nos motivó el interés por difundir la cultura previsional y detectar talento”, explica Carlo Castoldi, gerente general. Han participado en bootcamps y visitas estudiantiles. “Esta experiencia aportó valor real: nos ayudó a encontrar soluciones innovadoras y a identificar potenciales colaboradores”, recalcó.
Las empresas encuentran beneficios como acceso directo al talento PUCP, interacción con docentes, y la posibilidad de integrar paquetes corporativos de formación continua. Muchas se acercan a la universidad no solo por interés profesional, sino también por su compromiso con la formación y la responsabilidad social empresarial.
Para el estudiantado, los beneficios son también múltiples: aprendizaje constante, vivencias reales de campo, contacto con ejecutivos y la posibilidad de demostrar sus capacidades en contextos profesionales. “No es solo una simulación”, enfatiza Soriano. “El reto tiene una consecuencia directa para la organización, y eso refuerza en ellos el sentido de compromiso y propósito”.
A corto plazo, Renato Gandolfi señala que se busca institucionalizar esta vinculación como un eje transversal de la experiencia educativa. A mediano plazo, el objetivo es consolidar un ecosistema colaborativo donde las empresas encuentren en la FGAD un socio estratégico, y la universidad potencie su impacto social, económico y profesional desde una mirada ética e innovadora.