Diego Hinostroza Gomez es nuestra #SedePUCP en el mundo de la Gestión Empresarial. Gracias a su paso por distintas áreas del sector, tales como marketing, consultoría, innovación y más, contribuyó en el desarrollo de proyectos que actualmente impactan positivamente en la sociedad, un granito de arena de un #TalentoGestiónPUCP que hoy se desempeña como Consultor de Estrategias Digitales para el sector financiero en Minsait, y sigue cambiando vidas. Esta es su historia.

¿Qué anécdota compartirías de tu vida universitaria?

Sería mi examen de admisión. Cuando entré, me preguntaron por qué elegí la PUCP si no tenía experiencia con ellos previamente. Lo que les dije fue “me intriga mucho saber el significado del eslogan: ser luz entre las tinieblas”. Y les comentaba que, desde el colegio, siempre buscaba muchísimo vincularme con la comunidad haciendo voluntariados o apoyando a mi familia.

Desde que ingresé quería descubrir ¿cómo voy a ser esta luz entre las nieblas? Ahora no es solamente una misión universitaria, sino que lo aplico directamente en mi vida laboral. Siento que eso es algo muy representativo en la gente de la PUCP: siempre vamos a querer ser esta estrella para orientar, aclarar o despejar algún problema.

¿Sientes que te ha ayudado esta filosofía de vida?

Muchísimo. Me ha ayudado a descubrir el tipo de impacto que quiero hacer en el negocio, el centro de trabajo con mis compañeros y la actitud que uno tiene que tomar para resolver cualquier problema personal o profesional. Sé que voy a seguir estudiando y la PUCP ha sido el cimiento fuerte para poder crecer. Eso es lo que he visto en grandes amigos y grandes profesores.

¿Cuál fue tu espacio favorito en el campus de la universidad?

Fue el comedor central, porque fue un espacio donde pude compartir bonitos momentos con mis amigos: estudiar, practicar exposiciones y comer. Antes de empezar una práctica, ahí normalmente estábamos todos con nuestras laptops practicando alguna exposición. El hecho de poder tener un lugar donde pueda hablar en voz alta, debatir, compartir ideas y comer tranquilo es algo que añoro bastante. El comedor central es un lugar bonito porque tiene áreas verdes alrededor, está al lado de la facultad de Arquitectura y la de Derecho. Es bonito tener este espacio periférico, como si estuvieras en una torre donde puedes encontrar paz y también desarrollar ideas.

¿Cuál es el curso que más recuerdas?

Hay dos cursos que me marcaron mucho mi actitud profesional: Gestión Estratégica y Marketing 2. Fue la primera vez que dejaba de ver la parte teórica y tenía que empezar a buscar una empresa que pueda confiar en nosotros para aplicar nuestro conocimiento. No solamente se llegó a un planteamiento teórico, sino que empecé a descubrir este bichito de la consultoría porque ya nos veían como una fuente de conocimiento muy importante por ser académicos que estábamos plasmando todo nuestro curso para poder ayudarlos. 

Para el curso de Marketing 2 trabajamos con la empresa “La Lucha”, en donde me invitaron a ayudar a implementar su posicionamiento en redes sociales. Eso marcó bastante mi formación académica, porque me di cuenta que depende de ti si tus trabajos quedan en papel o pueden volverse realidad. Ya no era teoría, estaba saliendo de la burbuja de la universidad, y me fascinó.

¿Qué significa para ti la frase «donde hay alguien de la PUCP, hay una sede de la universidad”?

No importa en qué trabajo o lugar del mundo te encuentres, vas a poder reconocer a alguien de la PUCP por el tipo de compromiso. Vas a tener la confianza de decir que están trabajando bajo un mismo enfoque, tienen los mismos principios y apuntan siempre a generar un impacto transformador y sistémico. Sí siento que es importante decir que donde hay alguien de la PUCP, hay una sede de la universidad porque la PUCP deconstruye y construye a las personas para que no pensemos en algo mínimo sino en todo el aporte que podemos generar. No solamente vas a transformar tu centro laboral, sino que transformas a tus clientes externos y estos van a cambiar la sociedad.

Somos los ejecutores de esta misión que tiene la PUCP. Si queremos un bienestar social en nuestro país, cada uno tiene que seguir trabajando en lo suyo pensando en el aporte que en conjunto vamos a hacer. Todos somos el barco que tiene la PUCP y remamos a un mismo horizonte.

¿Consideras que eres un representante de la PUCP?

Sí, yo creo que he sido un representante bastante importante. Me ha tocado que en varios lugares siempre hay alguien de la PUCP. Eso me permite congeniar mucho más rápido. El campo de la consultoría de negocio y tecnología es un campo no tan familiarizado para la facultad de Gestión; entonces, siempre he tratado de abrir camino a que comprendan la relevancia de lo que es mi carrera para que sepan que muchas otras personas pueden desarrollar, generar, aportar su conocimiento y apalancar muchísimo en las necesidades de las consultoras porque tenemos una mirada muy diferente.

Pensamos en estrategias de todas las áreas -finanzas, operaciones, marketing y recursos humanos-, comprendemos al cliente y a las personas por nuestra visión orientada al humanismo. Esto nos permite empatizar mejor con el cliente final y el cliente interno. Y tenemos este pensamiento de poner en valor a nuestra carrera y lo que hemos aprendido en la PUCP para que sepan que somos otro tipo de profesionales: uno orientado a aportar sistemáticamente mucho valor donde le vamos a hacer crecer a las empresas, velar para que su reputación en la sociedad sea intacta, no generar resistencia al cambio en sus colaboradores y que las propuestas orientadas a la mejora transformacional consideren el punto de vista del cliente externo.

Eso es muy difícil de poder transmitir porque a veces otras entidades educativas tienen un sesgo muy de negocio, de eficiencia o de tecnología, pero creo que estamos en este punto intermedio que nos permite ser este profesional multifacético. Eso es lo que me ha ayudado a crecer rápido en este mundo y por eso valoro mucho a la PUCP.

¿Qué consejo darías a los jóvenes que piensan postular a la PUCP?

La PUCP no te va a dar solamente herramientas. Te va a dar otras perspectivas, conocer otras realidades, profundizar sobre tus pasiones, y va a ser el articulador para que todo esto, además del nuevo conocimiento que vas a adquirir, sean el cimiento para construir el profesional que aspiras a ser. Es un espacio donde vas a poder probar múltiples cosas. Mi papá me decía “Tú, cuando estás en la PUCP, picoteas mucho porque pruebas una cosa y, si no te gusta, pruebas otra”. Tienes la posibilidad de hacer de todo un poco y descubrir a lo que quieres dedicarte. 

Entonces, dale la oportunidad a la PUCP de brindarte todos esos beneficios, los espacios culturales, intelectuales y de desarrollo social y personal. Es tan multifacética que por eso forma profesionales todoterreno. Si tú estás listo para ser todoterreno, la PUCP es la adecuada.