El Cuervo: Más que un personaje, una pasión

Estamos a puertas del desfile inaugural de la Semana de Interfacultades. Atrás quedaron las amanecidas por exámenes parciales, las reuniones de grupo a última hora y las carreras interminables para llegar a Mesa de Partes a entregar ese trabajo con el que, muchas veces, te juegas la nota- o la vida por así decirlo-. Ahora, un poco más relajados, podemos enfocarnos en apoyar a todos nuestros compañeros, quienes lo dejaran todo en la cancha para dejar bien en alto a nuestra facultad.

 Fuente: Facebook de Interfacultades 2013

Como en toda ocasión, nuestro Cuervo estará alentando a todos y cada uno de los equipos que nos representarán en los distintos deportes en los que participaremos. Y verlo en acción siempre es un deleite. Sus porras, sus bailes, sus locuras, todas esas acciones que nos llena el espíritu y nos empujan a alentar más, a quedarnos sin voz  son motivadas por este gran personaje que pone el corazón si se trata de Comunicaciones.

El origen del Cuervo

 

El por qué nuestra facultad tiene tal mascota sigue siendo para muchos un misterio. Para los docentes, aquellos que llevan enseñando desde que la facultad fue creada hace 15 años, primero se eligió el color de Comunicaciones, ese negro orgulloso que nos caracteriza, y a partir de allí se escogió algún animal que pudiese representarlo. Otros aluden a que en realidad se seleccionó al guardacaballo, esa avecilla de color oscuro que se ha vuelto parte de la fauna de la PUCP y al ser un animal con un nombre tan poco común, se decidió por el cuervo.

Sea cual sea la razón, nuestro mascota es un símbolo de orgullo. E igual de orgullosos estamos de aquellos que se han puesto el traje, como es el caso de dos alumnas cuyos nombres han quedado grabados en la historia, aquí sus testimonio:   Brigitte Bendezú Alumna de Publicidad Cuervo 2012

Un día fuimos a alentar al equipo de futsal femenino. Estaba todo listo, las banderolas, los instrumentos, la barra; sin embargo, hacía falta la mascota ya que nuestro oponente (sociales) tenía su dragón bailando y sacándonos pica al otro extremo de la cancha. Recuerdo bien que mandé a traer el disfraz del cuervo a uno de los RepCom que estaba presente, esperando que durante ese tiempo pueda convencer a alguien de ser el cuervo. Sin embargo no tenía respuesta alguna. Cuando llegó el disfraz miré al dragón, miré el disfraz y recuerdo haber pensado que nada perdia intentándolo. Después de esto, recuerdo que mi compañero, que tenía en manos la cabeza del Cuervo, estaba sorprendido y no lo creía. Y así fue como desde aquel día estuve presente todos las fechas que jugaba nuestra facultad. Lo bueno es que mucha gente nunca se imaginó que quien hacía todos esos bailes movimientos y barra, era una mujer.Usar ese disfraz me daba la oportunidad de jugar con ciertos movimientos que, a simple vista, en una mujer se verían ridículos o exagerados. Ni la propia banda del cuervo pensó que era una mujer el primer día que me puse el disfraz. Lo que también recuerdo fue comentarios muy favorables sobre mi desenvolvimiento como mascota. Según mis compañeros, alentaba tan bien, que la gente miraba más lo que hacía que el propio partido.

  Susan Meier Jefe de Práctica Diseño Publicitario en Departamento de Comunicaciones PUCP Cuervo 2011

En todos los partidos de la facultad, no he sido mucho de hacer barra o porras, pero si de bailar y alentar mediante el movimiento. Por esta razón, me animé a difrazarme de Cuervo. Además, en ese momento, faltaba una mascota pilas y yo calzaba perfectamente con lo que se requería. Me divertí harto y la pasé genial. En definitiva, cuando te pones una máscara, despiertas un yo interno reprimido que está completamente loco, al menos eso me pasó a mi. (Risas)

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