22/04/2022

105 AÑOS PUCP: LOS RECUERDOS Y PROYECTOS SOCIALES QUE INSPIRAN A MARÍA CLAUDIA PEÑARANDA

.

Los proyectos sociales y la Oficina de Promoción Social y Actividades Culturales (Oprosac) marcaron a María Claudia Peñaranda en su paso por la universidad. Conoce su historia aquí.

Cuando María Claudia Peñaranda, antropóloga y egresada PUCP, piensa en la universidad, recuerda todas las actividades extracurriculares en las que participó, los jueves culturales con Oprosac y las tardes de verano rodeada de amigos. 

Su estancia en la universidad la hizo amar su carrera y también reafirmó el camino que quería seguir en la vida: trabajar en proyectos que generen un impacto positivo en las personas y/o en el ambiente que las rodea. Por eso, actualmente se encuentra laborando en Aporta – plataforma de impacto social del Grupo BRECA.

“La PUCP deja un interés genuino por entender, conocer y respetar al otro en todas las personas que pasan por sus aulas”, comenta.

Por eso, María Claudia considera que muchos de los conocimientos que adquirió los aprendió en la pequeña oficina del segundo piso de EEGGLL que estaba conformada por un coordinador y estudiantes voluntarios que querían ser partícipes de grandes y lindos proyectos comunitarios. 

Los proyectos sociales en Oprosac

Los recuerdos de la Oficina de Promoción Social y Actividades Culturales están intactos en su memoria. 

María Claudia ingresó a la universidad en 2008 y durante sus primeros años, en Estudios Generales Letras, fue voluntaria en Oprosac. Pasó el tiempo libre entre compañeras y compañeros planeando nuevos proyectos y aprendiendo. Cuando pasó a la Facultad de Ciencias Sociales, volvió a la oficina como practicante preprofesional. 

En la PUCP no solo me formé como antropóloga sino que tuve la oportunidad de participar en actividades extracurriculares que hicieron que el aprendizaje de las aulas se complemente gratamente”, comenta.

En Oprosac, María Claudia formó parte de muchas actividades, entre ellas la Feria de la cultura Kakataibo y organizar el concierto de Uchpa en la rotonda. También fue en esta oficina que comenzó el proyecto con la comunidad Yamino.

Proyectos que inspiran

Junto a un grupo de amigos, María Claudia emprendió un proyecto de interculturalidad con la comunidad nativa Yamino en Pucallpa. El fin del proyecto era promover el desarrollo y difusión del arte de las madres artesanas de la comunidad.

María Claudia y sus amigos conversaron con los miembros de la comunidad, trazaron estrategias para trabajar en sus objetivos y desarrollaron nuevas habilidades.

“Las tardes nos encontraban enloqueciendo en la oficina de Oprosac, donde todos participábamos cosiendo afanosamente una serie de títeres en forma de animales”, comentaron los integrantes en el documento que narra toda el proyecto.

En los años siguientes, ganaron algunos concursos de Responsabilidad Social Universitaria (RSU) realizados por la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS). Este suceso les ayudó a costear las actividades del proyecto orientadas hacia el trabajo con niños y, especialmente, con las madres artesanas de la comunidad para promover el desarrollo y difusión de su arte en la ciudad. 

Al final, lograron codiseñar una de las primeras etiquetas para la Asociación de mujeres artesanas. También lograron ser el nexo para su participación en algunas ferias de artesanía en Lima.

Las mejores experiencias siempre quedan grabadas en la memoria

Todas las experiencias adquiridas en los proyectos universitarios moldearon los trabajos que vendrían después, como realizar una actividad en el penal de mujeres de Chorrillos. Actualmente, su búsqueda por generar un impacto positivo en la vida de las personas sigue presente. 

“Donde quiera que esté un egresadx de la PUCP, se tiene también un ‘sello’ de la misma universidad. Sé que no se puede generalizar, pero al menos desde mi círculo más cercano diría que ese ‘sello’ está relacionado a tener una mirada humanista, un interés genuino por conocer y respetar las diferencias culturales, y una vocación de servicio honesta hacia las poblaciones más vulnerables del país”, afirma.

Por todas las experiencias que vivió, para María Claudia, la PUCP es el lugar donde aprendió a caminar.